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TENER O NO TENER
(75 ANIVERSARIO)
Dirección: Howard Hawks.
Guion: Jules Furthman, William Faulkner (basado en la
novela de Ernest Hemingway). Reparto: Humphrey Bogart (Harry “Steve”
Morgan), Lauren Bacall (Marie “Slim” Browning), Walter Brennan (Eddie),
Hoagy Carmichael (Cricket).
Fotografía: Sidney Hickox. Música: Franz Waxman.
Introducción
-Puedo hacer una película con lo peor que hayas
escrito –espetó Hawks.
-¿Qué es lo peor que he escrito? –preguntaría
Hemingway.
-Esa basura titulada Tener y no tener –fue la
respuesta de Hawks.
-No puedes hacer una película con eso –replicó
Hemingway.
-No, pero los dos personajes principales tenían una
relación maravillosa. ¿Y si contáramos cómo se conocieron?
(McBride, Joseph. Hawks según Hawks: Pág. 111).
Gracias a lo que en principio podría parecer una
bravuconería por parte de Mr. Hawks, se dio a luz a una de las
criaturas mejor paridas del
séptimo arte.
Quizás imperfecta en detalle, pero grandiosa en conjunto.
El también apodado Zorro Gris, se especializó en
el empleo de la cámara a la altura de la vista, con movimientos
apenas perceptibles. Como amante que era del cine mudo, conocía
el impacto de lo visual, cual Norma Desmond en El crepúsculo
de los dioses. Se preciaba de contar historias de un modo
simple y consideraba que la imagen debía prevalecer ante los
diálogos. Así pues, no es casualidad que si por algo se
caracterizaba su cine, fuera precisamente por unos diálogos
sencillos y muy dinámicos. Ingeniosos diálogos que como en
Tener y no tener, lograron pasar la censura pese a abundar
en ellos la ironía, la sensualidad y las sutiles insinuaciones.
Jules Furthman
(El Expreso de Shanghai, Río Bravo),
habitual colaborador de Hawks, sería el encargado de escribir el
borrador de un guion inicial
que hubo de revisarse por sus controvertidas semejanzas con la
novela homónima. Para este cometido, Hawks contaría
con la inestimable ayuda de su amigo, el escritor William
Faulkner
(Premio Nobel de Literatura en 1949 y Pulitzer en 1955 y 1963).
En tan solo una semana, Faulkner trasladaría la
acción de Cuba a la Martinica, eliminaría ciertos episodios,
crearía otros nuevos y cambiaría algunos personajes. De este
modo, apenas queda nada del texto original de Hemingway y sí
mucho de cine negro o de aventuras, suspense, drama e incluso de
satírica comedia espolvoreada con la dosis justa de romance. Una
miscelánea de géneros muy propia de Hawks.
En cuanto a los paralelismos con Casablanca, no solo no se negaron, sino que serían
empleados como estrategia de marketing por James L. Warner. Sin
olvidar que aunque ambas tengan bastante de drama, en Tener y
no tener predomina la comedia e ironía. Más allá de la
controversia suscitada en torno a las inevitables comparaciones
con el filme de Curtiz, no conviene dejarse llevar por los
prejuicios, pues Tener y no tener tiene encanto por si
misma.
Y es que pocas veces en la historia del séptimo
arte tenemos el privilegio de asistir en directo al nacimiento
de un romance, pero Hawks nos lo puso en bandeja uniendo a
Bacall con Bogie. Él prendió la mecha de uno de los affaires más
legendarios de Hollywood, pues la química entre ambos actores lo
eclipsa todo, convirtiendo su actuación en pura magia. Una magia
de rutilante atracción, donde las estrellas del firmamento
hollywoodiense nos deleitan con una suerte de danza de cortejo y
seducción.
El
idilio más alejado de sensiblerías baratas y almibaradas que
rompe cualquier convencionalismo, mientras las
chispas saltan por doquier y la pasión de un amor incipiente
traspasa la pantalla.
Mas si el romance es la sal de la trama, la
amistad y la lealtad son la pimienta, como en toda historia
contada por Hawks que se precie. Vienen envueltas en la
elegancia más fascinante, siendo el hilo conductor que todo lo
une.
Tener y no tener
es en definitiva una modesta amatista que no
decepciona ni tiene nada que envidiar a los pretenciosos
diamantes del celuloide. Su precioso color púrpura
subyuga
y atrapa a todo aquel que sin más remedio acaba cayendo rendido
a sus pies. Sus inolvidables escenas, te roban el corazón y sus
excepcionales diálogos, perduran indelebles en la memoria
durante océanos de tiempo. Por tanto, no es necesario fingir, no
hay nada que decir y no hay nada que hacer, nada en absoluto. O
tal vez solo silbar… Encendamos un cigarrillo con una cerilla y
comencemos, ¡se rueda!
Sinopsis
Verano de 1940, en plena
Segunda Guerra Mundial. Fort de
France, capital de la isla caribeña de la Martinica, es una
colonia francesa que padece el férreo
control del gobierno de Vichy. Allí encontramos a Harry
Morgan, un marinero que se gana la vida llevando de pesca a los
turistas que pasan por la isla. Su vida dará un giro radical
cuando conoce a Marie Browning y acaba envuelto en una trama
contra los nazis por parte de la resistencia francesa pro
DeGaulle.
Anécdotas y curiosidades
Tener y no tener es la única
película donde
confluyeron
dos ganadores del Premio Nobel de Literatura: Ernest
Hemingway (El viejo y el mar) y William Faulkner (El
ruido y la furia). En el caso de Hemingway, su novela
Tener y no tener sería publicada en EEUU en 1937 mientras él
se encontraba en Madrid como corresponsal de guerra. Pese a las
críticas desfavorables, el número de ventas alcanzó el récord de
25.000 ejemplares. En lo que a Faulkner se refiere,
permaneció 20 años trabajando en Hollywood, y además de
Tener y no tener,
escribiría otro
guion
para Hawks:
El sueño eterno.
Se rodaron otras adaptaciones a posteriori que
guardan mayor fidelidad con la novela de Hemingway:
Punto de ruptura (Michael Curtiz, 1950) y Balas de
contrabando (Don Siegel, 1958).
En el filme La Máscara (Chuck Russell, 1994),
Jim Carrey se transforma en lobo cuando en una escena observa
a Cameron Díaz cantando. Un claro homenaje a
Bacall to Arms (Bob Clampett, Arthur Davis, 1946),
cortometraje de Looney Tunes donde un lobo que está en un
cine viendo la versión animada de Tener o no tener, se
“entusiasma” sobremanera ante la aparición de Lauren Bacall en
pantalla.
https://www.dailymotion.com/video/x7u71z4
En la película Amanece que no es poco
(1989), del recientemente fallecido José Luis Cuerda, se
menciona a Faulkner en distintas ocasiones:
https://www.youtube.com/watch?v=_-HsaMb8bhw
El rodaje de Tener y no tener concluyó en
mayo de 1944, días antes del desembarco en Normandía.
Lauren Bacall
“¿Alguien tiene una cerilla?” esa fue la frase
con la que Bacall debutó en
Tener y no tener… y en el cine. Tenía tan solo 19
años y unas ganas inmensas de comerse el mundo. Apenas un año
antes, Betty Joan Perske no era más que una aspirante a actriz y
modelo. Nacida en el Bronx en 1924 en el seno de una familia
judía pobre, la prima hermana del 9° presidente de Israel,
Shimon Peres, pasaría de ser una desconocida a convertirse en
Lauren Bacall, una estrella de
Hollywood.
Inicialmente, la candidata para interpretar el
rol principal sería Ann Sheridan. Aquí es donde interviene la
esposa de Hawks y un giro del destino que cambiaría la vida de
La Flaca para siempre. Corría el mes de marzo de 1943 cuando una
adolescente Bacall de 17 años,
aparecía en la portada de la revista de moda Harper's Bazaar.
Nancy Gross, segunda esposa de Hawks, la descubrió y mostró las
fotos a éste. El director quedaría tan deslumbrado que decidió
hacerle una audición. No en vano, la principal inspiración para
el personaje de Marie la hallamos en Nancy Gross, desde su
aspecto físico y elegante indumentaria, a
su apodo:
Slim
(traducido por Flaca),
pues así llamaba
Howard
Hawks a Nancy. De hecho, ella también llamaba a su marido Steve,
tal como Marie se dirige a Harry.
Bogart se divorció de su cuarta esposa y se casó con
Bacall un año más tarde. No se separaron nunca... hasta la
muerte de Bogart
en 1957. En el
funeral de Bogie, Bacall metió en el ataúd el silbato de oro que
él le regaló con motivo de su enlace. Llevaba una frase grabada
al dorso: “Si me necesitas, silba”.
Bacall poseía algo innato que marcaba la
diferencia y se preciaba de ser todo lo opuesto a un ídolo.
Aquella joven de voz profunda, mirada felina y sonrisa letal nos
robaría el corazón a todos. Esa elegancia sofisticada, ese
carisma apabullante capaz de llenar la pantalla, la convirtieron
en una experta en interpretar a enigmáticas mujeres. Mujeres que
poseen ese halo de misterio que nos deja la noche. Son mujeres
aventureras, insolentes e intrépidas. Mujeres resueltas e
independientes que se escabullen entre las sombras por cafés de
dudosa reputación en busca de un trago gratis. Mujeres que
hechizan el alma con una sola mirada. Mujeres cuyos
secretos se desvanecen ante aquel que las sueña. Mujeres, que al
fin y al cabo, saben silbar y piden cerillas apoyadas en el
quicio de la puerta de un extraño...
Humphrey Bogart
Tanto la escena del bofetón, como cuando Slim le
dice a Harry que se afeite tras fundirse en un apasionado beso,
serían iniciativa de Bogart. En el primer caso, Bogie “le dijo a
Howard que había visto a los Lunt (Alfred Lunt, actor y director
teatral y su mujer, Lynn Fontanne) hacer una cosa una vez en una
obra que le parecía que podía funcionarnos. Después del beso, yo
tenía que pasarle el dorso de la mano por la mejilla (…) y darle
un bofetón. Resultó una situación de lo más sugerente e íntima
(…)” (Bacall, Lauren. Por mí misma y un par de cosas más:
Pág. 134). El segundo caso
sin embargo, forma parte de una divertida anécdota que le
sucedió a Bogart. Todo
tuvo lugar una noche tras una pelea con su esposa Mayo en
casa de Peter Lorre. Bogart seguiría la noche solo de bar en
bar. Cuando todos los bares cerraron, caminó hasta encontrar una
casa en la que “había luz” y “olía a café”. Al preguntar a la
mujer que allí se encontraba si podía tomarse uno “(…) lo
reconoció y lo invitó a desayunar”. Cuando Jerry Wald (productor
y guionista cinematográfico) le preguntó cómo lo había
identificado, ella respondió: “Lo reconocí de inmediato. Siempre
necesita un afeitado”. (Hyams, Joseph. Bogie: The biography
of Humphrey Bogart: Pág. 72).
Gestos y miradas, cigarrillos y cerillas. Bogart
y Bacall. Bacall y Bogart. Atracción, complicidad, un vínculo
que nació en Tener y no tener y perduró más allá de la
muerte. Desde ese preciso instante, “el intercambio de
cigarrillos y cerillas, se convertiría en sello de la casa
Bacall y Bogart, tal como sucede al inicio de El Sueño Eterno,
con una silueta de Bogart encendiendo la sombra de un cigarrillo
de Bacall” (Mast, Gerald. Howard Hawks, Storyteller:
Pág. 259).
Howard Hawks
Howard Hawks sería el artífice de la ínclita
escena en la que Bacall pregunta a Bogart si sabe
silbar. Dicha escena no estaba relacionada con la historia ni
Hawks tenía intención de incluirla en la película. Pero cuando
Jack Warner le preguntó que dónde iría en el film y éste le
contestó que no estaría, Warner añadió que mejor estuviera
cuando concluyese. Así pues la adaptaron a la película,
convirtiéndose en la escena más memorable de la misma y de la
historia del cine. Precisamente, esa fue la escena que Bacall
interpretaría junto a John Ridgely (actor de la Warner
Brothers), en una de las primeras pruebas que realizó para la
película.
La principal fuente de inspiración de Hawks la
hallamos en su propio cine. Un claro ejemplo es el de
Tener y no tener
y
Sólo los ángeles tienen alas.
Cuando en los últimos minutos de
Tener y no tener Harry le cuenta a Slim su plan de marcharse hacia Puerto
Príncipe, ella le dice: -“Soy difícil de conseguir Steve. Solo
tienes que pedírmelo”. Bonnie repite las mismas palabras a Geoff
al final de
Sólo los ángeles tienen alas, cuya historia, por cierto,
surgió a raíz de lo que un piloto le contó a
Hawks mientras sobrevolaban México.
La pregunta que Marie hace a Harry cuando éste
coge en brazos a Madame de Bursac “¿Qué tratas de hacer?
¿Adivinar su peso?”, está extraída de Marruecos (Joseph
Von Sternberg, 1930).
Asimismo, la respuesta de Marie al capitán Renard “A
comprar un sombrero nuevo” cuando éste le pregunta porqué acudió
a Fort de France, está tomada de Shangai Express (Joseph
Von Sternberg, 1932) (Kawin, Bruce F. To have and have not:
Pág. 29). Ambos filmes contaron con el guionista Jules
Furthman y estaban protagonizados por Marlene Dietrich,
inspiración indiscutible de Hawks para el personaje de Marie.
Tan es así, que cuando en cierta ocasión Dietrich se presentó un
día al rodaje, comentaría a Hawks: “¿Sabes? Esa soy yo
hace 20 años” (McBride, Joseph. Hawks
según Hawks: Pág. 118).
Según contaba el propio
Hawks, la recurrente pregunta de Eddie “¿Le ha
picado alguna vez una abeja muerta?”, la oyó a un conocido: “A
mí me hacía mucha gracia, por eso la utilicé en la película”.
Eddie la emplea para probar “la imaginación y amistad de sus
receptores”(Mast, Gerald. Howard Hawks, Storyteller: Pág.
249).
- FIN -
Moraleja:
“Para mí esta película no es más que el telón de
fondo de una historia de amor ambientada en un lugar insólito”.
(Howard Hawks)
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